martes, 27 de mayo de 2008

¿Amigas?

Escuché el siguiente diálogo entre dos amigas que no se habían visto ya hace 25 años. Después del saludo y la ineludible competencia de a quien le ha ido mejor una le preguntó a la otra por Patricio. Respondió que hace 10 años lo dejó. Era flojo, nunca se fue de la casa de la mamá, puros trabajos esporádicos y nunca uno estable, con sueldo fijo, como me gusta a mi. ¿Y tú? le preguntó cambiando el tema, ¿trabajas? No, jamás, ni loca. Yo sigo casada y soy consumista a rabiar. - Ha, entonces a tú marido le ha ido bien. - ¿Por qué dices eso? respondió la aludida. Si mi marido también es técnico, sin título igual que el tuyo. Lo que pasa es que no lo presionaste. Yo lo presioné desde el principio y a todo lo que ganaba me anticipaba y ya lo tenía gastado. Y así trabajaba el doble. Y cuando quedaba sin trabajo lo trataba de perdedor, flojo, reventado, último, sin ninguna contemplación, y con el orgullo herido trabajaba en cualquier cosa. Te faltó empuje, querida amiga, por eso se te puso flojo. Yo jamás lo dejé respirar. Al final todo el dinero pasaba por mis manos. Y cuando comenzaba a gastar en él o ahorrar rápidamente me anticipaba y me endeudaba a propósito. O cuando le pagaban adelantado para comprar materiales se lo sacaba y lo gastaba. Endeudado y enojado más trabajaba. Yo tranquila total todas las deudas estaban a su nombre. Para la familia, los bancos, el colegio de los niños, era el moroso incumplidor, estafador. - Oye, pero como lo hacías para gastar el dinero que él tenía para su trabajo, preguntaba asombrada, – Muy simple. Cuando me pedía cuentas me hacía la que no entendía, mentía. Le cambiaba el tema, daba vuelta las cosas y terminaba culpándolo a él. Soy experta en eso. Ese es el truco. Nunca una cuenta. Eso me condenaba. Cuando íbamos al supermercado gastaba el doble, y cuando me pedía explicaciones, cualquier excusa era válida, que no te escuché, que pensé otra cosa, que no calculé bien. El enojo le duraba un ratito porque el trabajo y las deudas lo tenían cortito. El fin ya estaba cumplido. El tiene la obligación de darme. Mi madre, mi suegra, la mayoría de las mujeres que conozco funcionan así. Además hay una situación de fondo en todo esto. Mi hermano se casó con una mujer que le gastó todo lo que tenía ahorrado. Lo dejó absolutamente seco, triste y abatido. Ella inventa negocio, él los financia y lo pierden todo. Y considerando que ganan mas plata que nosotros no tienen nada. Como no puedo meterme en sus asuntos, sigo la ley de la vida. Yo aprieto a otro hombre. Así mi hermano queda vengado. Si me dan a elegir entre mi hermano y mi cuñada, prefiero ser como mi cuñada. Lo único malo es que es buena para el trago y le pone los cuernos. Ni siquiera es discreta. Mi hermano es mi hermano, en cambio a mi esposo lo conocí de repente. Pudo a ver sido cualquiera. ¿Por qué tengo que ser especial con alguien que apareció en mi vida por casualidad? Oye, insistió la separada, pero y el amor, la compresión, el apoyo, la lealtad, y todo eso. –Y eso que tiene que ver. Uno no se casa con el príncipe azul, por lo tanto uno tiene que ser la diferente, la que tiene que saber hacer las cosas. Uno tiene que tener los objetivos claros y ser calculadora, la que lo manipula, le gasta todo, no le deja espacio. En la casa no entra ni a la cocina ni me ocupa los muebles. Ese es mi mérito. Cuando se me enoja yo lo amenazo diciendo que me voy y lo dejo con todas las deudas y ahí recapacita y se da cuenta que es pelea perdida. - Y cuando me pilla en la mentira o en el robo, doy vuelta la situación, lo culpo de cualquier cosa, me ofendo y me voy llorando al dormitorio y ahí me quedo. Y él se va a trabajar pensando que él es culpable y así se le pasa, y es una técnica para subir y ver televisión. Ni tonta para sufrir por tan poco. Veo televisión y me la paso en Internet todo el día. Y por último, si se va, la noche se hizo para dormir, y dormir sola o dormir acompañada igual es para dormir y durante el día igual no está así que da lo mismo. Además dormir con él es una lata. Por algo se inventó la jaqueca y existe el período. Y si me quiere dejar lo amenazo que manosea a los niños, total como a mis hijos los tengo convencido que es un perdedor van a estar de mi lado y con eso basta. Está perdido por todo lados.
Después de una pausa, prosiguió. Además he tenido mala suerte, porque si encuentro otro mejor, lo dejo y me voy con el otro. Y así le saco a otro mas. Todos los hombres son iguales pero si te fijas la diferencia es su mujer. Además yo lo tengo convencido que mi capacidad para gastar plata, no tener las cuentas clara y cambiar el tema, improvisar, el robo diario, la manipulación, la jaqueca, la poca consideración a su persona, la mentira, la negación, todo eso es pura inteligencia emocional. Y esa inteligencia emocional tú no la tienes. Por eso estas sola y tienes que trabajar. Te fijas.