domingo, 24 de agosto de 2008

Reunión

En la oficina somos como veinte jefes de proyectos y nos repartimos los proyectos sin ningún criterio, a lo mas por orden de aparición. Los dueños de la empresa idearon un esquema bastante entretenido para organizar grupos de trabajos. Asignan un jefe de proyectos y este mismo aprueba o rechaza a su compañero asignado convenciendo al directorio con argumentos válidos. El directorio no acepta argumentos técnicos ya que para ellos todos son competentes.
Me tocó como compañera a Florencia.
Estaba molesto con ella porque en un proyecto anterior, cuando fue jefa de proyecto, me rechazó como compañero, diciendo en la reunión de directorio que yo era muy machista y siempre hacía comentarios fuera de lugar con respecto a las mujeres. Quedé fuera de ese proyecto y perdí un bono importante. Lo curioso es que nunca pensó que tarde o temprano me iba a tocar a mí.
¿Qué argumento daría para rechazarla ahora? Trataba de encontrar algo negativo en ella para argumentar. No solo es una dama, sino que lo parece, gana mas que todos, feliz en su matrimonio, usa desodorante, tiene buen aliento, saluda cuando llega y se despide cuando se retira, es medianamente bien informada, no aburre. Ya me estaba dando por vencido. Pero en una de las conversaciones sonó su celular y la llamó su hijo mayor.
- ¿Cómo, tienes otro hijo?
- Si, es mi hijo mayor, de mi primer matrimonio. Tiene dieciocho años.
- Y el menor tiene 4. O sea conoces a Roberto, hace cuatro años.
- No, lo conocí exactamente hace 8 años. Estamos el viernes de aniversario. Lo celebro en grande con mis amigos......
Alcanzó a notar que estaba hablando mas de la cuenta así que se retiró.
En la reunión del lunes, frente al directorio daba mi argumento para rechazar o aprobar la asignación de Florencia como mi compañera de proyecto.
Le pregunté:
- ¿Tú tienes un hijo de cuatro años, verdad?
- Si, ¿Y?
- Y tú conociste a Roberto hace 8 años.
- Si ¿Y?
- Y según se sabe, tú fuiste a la inauguración del nuevo edificio con tú primer esposo y eso fue hace exactamente 6 años.
- Si ¿Y? - Ya se estaba tostando, se veía en su rostro. - Te aclaro de inmediato. Después de esa fiesta me separé oficialmente y al año me fui a vivir con Roberto. O sea vivo con Roberto hace cinco años. ¿Que tiene de malo?

- Señores del directorio: ella dice que vivió con su primer esposo hasta hace 6 años. Y por otro lado dice que conoció a Roberto hace 8 años. Por lo tanto ella le puso los cuernos a su primer esposo durante dos años. Yo la rechazo como compañera de proyecto por ser poco confiable, si le hace eso a su esposo, que se puede esperar de un simple compañero de trabajo. No me arriesgo.

El directorio, morboso e igual de machista que yo, aprobaron el rechazo.

sábado, 2 de agosto de 2008

Mi secretaria

Decidí escribir sobre mi secretaria.

Así que temprano en la mañana lo conversé con mi socio para que me ayudase a escribir sobre nuestra secretaria. Encontraba que había suficiente material para escribir un breve pero contundente relato sobre ella. Es una verdadera caja de sorpresas. Una de las cosas que más nos divertía era adivinar en qué condiciones física o anímica llegaría en la mañana del día siguiente. Sobria o con resaca y llevando a cuesta un desafortunado mal humor. Se diría que no era nada de señorita cuando la veíamos aparecer por el umbral de la puerta con una cara de amargura de tener que presentarse en el trabajo en vez de irse a dormir a su casa. Su apariencia era elocuente para darnos a entender que tipo de juerga era la que vivió la noche anterior. Si pudiéramos definir cual es la condición que más representaba su entorno, era los Lunes.

Y la forma, por dios, cuando se le atravesaba un cliente en la cabeza, no existía ser en la tierra para hacerla entender que eso no era prudente, que el cliente siempre tiene la razón. Pero para ella era una gracia. Pero debíamos soportarla, al menos por un tiempo, porque ese fue el compromiso con un cliente que cobró un sentimiento resentido y tuvimos que contratarla.

Habíamos decidido tenerla un tiempo más y pactar con ella un retiro programado, con mucha suavidad, porque si lo hacíamos con brusquedad, lo más probable es que antes de irse decida vengarse con sus propias manos y rompa cuanto papel importante crea que existe en la oficina. Ya nos había contado que lo había hecho antes, entonces no existía ni la menor duda que así sería.

Esa mañana llegué decidido. Me senté frente al computador y rápidamente comencé a escribir sobre ella. Pero y si lo lee comenté.

- Pero si escribes es para que lo lean. – comentó mi socio.

- Si, bueno, esa es la idea.

- No te lo recomiendo, me dijo, se vengará.

- Pero no tengo porque decir que es ella. Le agrego un par de cosas que no corresponde a ella y ya está.

- Cómo que cosa.

- Bueno, cuento que es desconfiada.

- Oye, pero si ella lo es. No confía ni en su madre.

- Entonces cuento que es alcohólica y que llega borracha a la oficina.

- Y, ¿que le falta?

- Entonces que cometió un robo de proporciones.

- ¡Y cuando fingió un autorobo y se quedó con la plata de los sueldos?

- Entonces que está obsesionada de celos con su marido y el marido no la pesca.

- .... "Gestos"

- Entonces que le pega a todas las amigas porque el marido les coquetea.

- Que pelea todos los días con el guardia porque filtrean con la mamá cuando viene a verla.

- Que es despistada, que viene en el auto del papá y se va de vuelta en metro.

- Que tiene cómo treinta años y todavía usa el pase escolar.

- Que cuando finge el robo, argumenta que por misericordia no le robaron el anillo de oro pero sí las chucherías de lata.

- Que va de vacaciones a la casa de los familiares de las amigas sin que la inviten.

- Que en los almuerzos, coludiendo con los garzones, come de los restos de otras mesas.

Me quedé un buen rato frente al escritorio sin saber que hacer. Me di cuenta el calibre de secretaria que tenía así que decidí no hacer ni un intento de escribir sobre ella.

Decidí escribir sobre mi gatito regalón.