- Pero ¡Qué hiciste! Negociaste tu finiquito.
- Necesito dinero.
- Vas a terminar vendiendo hasta los muebles.
- Ya empezaste a molestarme de nuevo.
- No te es más fácil mantener tus otros trabajos. En vez de dejarlos botados.
- No quiero ese tipo de opinión que me ……………
- Ha, bueno. Si estás exponiendo el tema, yo opino.
- Qué lata que seas así.
- Tú elijes. Si quieres buenas opiniones tienes a tus amigos.
- Ya, córtala. No, no, nada de lo que tú dices es así.
- Te pregunto: ¿Ricardo, tu jefe, aceptó el finiquito?
- En ese aspecto él no cuestiona. Hace lo que yo le pido.
- Hace un tiempo Ricardo te ofrecía días libres, para que tengas otros trabajos.
- Si, él me apoya y es muy confiable, no como tú.
- Pero si me acabas de decir que no le importó firmarte el finiquito.
- Sí, así no pago cuatro dividendos del departamento por el seguro.
- Calculó que es mejor que trabajes todos los días y no pagar horas extra.
- Sí, pero me subió el sueldo.
- Viste, No te ofreció como antes que busques otros trabajos
- Ya. Te odio, no me hables mas, eres insoportable.
- Te dijo acaso, si tienes problema busca otro trabajo, yo te doy garantías. Nada.
- lelo lelo, no te escucho – lelo lelo.
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